Dolor cervical
No existe una sola causa que explique el dolor cervical. En la gran mayoría de ocasiones son varios los factores que influyen. La tensión acumulada por el estrés personal y profesional se une con los procesos degenerativos propios de la edad.
Estos procesos afectan al disco vertebral y a las articulaciones vertebrales. Los movimientos y las posturas mantenidas pueden ser dolorosos. Se puede producir una sensibilización del nervio encargado de transmitir las informaciones sensoriales cuando existe una contractura muscular o inflamación articular. Esta sensación dolorosa puede hacerse crónica si no realizamos una prevención y tratamiento de fisioterapia adecuados.
La buena postura de la cabeza y de la columna cervical, depende de muchos factores. Los déficits visuales o auditivos, el bruxismo y las disfunciones mandibulares, influyen en el dolor cervical. También la postura global y la estabilidad de pelvis y pies. Así, una hiperlordosis o una rectificación cervical debido a un desequilibrio de las cadenas musculares, pueden ser origen de dolor cervical. Aparecen las contracturas musculares, los desgastes y bloqueos articulares, y con el tiempo, puede aparecer una patología cervical más severa: artrosis, protusiones, hernia discal, estenosis,…
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